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viernes, 14 de septiembre de 2012

Real Oviedo / Diego Cervero: un Corazón Azul a 100



Diego Cervero celebrando su centésimo gol oviedista
El pasado domingo el Real Oviedo caía derrotado en el Nuevo Matapiñonera de la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes por 3-2, derrota debida en parte a la desafortunada actuación del árbitro balear Ripoll Solano que castigó al equipo oviedista con un penalti por mano de Cerrajería. Las imágenes de TV demostraron que el jugador azul no había cometido tal infracción y que el balón le pegó en el pecho -sobre el corazón- y no en el brazo.

Pero si este partido va a pasar a la historia del Real Oviedo es por el gol del empate a uno, marcado en el minuto 29 por el ídolo de la afición oviedista: Diego Cervero. El ariete conseguía la cifra redonda de 100 goles marcados en partido oficial con el club azul. Algo que hasta ahora sólo habían conseguido cuatro futbolistas, todos ellos leyendas del Real Oviedo: Lángara, Herrerita, Enrique Galán y Carlos.

Es difícil explicar a alguien ajeno al Real Oviedo lo que significa este jugador para el equipo. Es mucho más que una mera figura carismática. Para comprender la importancia de Diego Cervero y de varios de sus compañeros habría que contar la historia del Real Oviedo desde el verano de 2003 en el que el club desciende al pozo de Tercera División por decisión administrativa derivada de deudas contraídas con sus jugadores. Cosa que haré próximamente y que tendré que repartir en varios episodios para abarcar los detalles necesarios (Cómo se descendió, qué significan las siglas “ACF”, el devenir del club en aquella temporada, las desgracias y limitaciones a las que hubo que sobreponerse...)

Diego Cervero (dcha.) celebrando uno de sus primeros goles cuatro con el Real Oviedo ante el Lenense (2003)

La imagen que a todos los oviedistas nos viene a la cabeza cuando nos nombran a Diego es la de la rueda de prensa posterior a la eliminación de la promoción de ascenso ante el Arteijo gallego. Su aparición en la sala de prensa fue histórica y representa lo que a lo largo de aquella aciaga temporada 2003-04 había pasado en el club y lo que sus jugadores y seguidores estaban dispuestos a seguir haciendo por él. Con el tremendo disgusto de no haber conseguido escapar de la Tercera División y la expectativa de un año más penando por los campos de los pueblos de Asturias, cuando todos los jugadores tenían los contratos en vilo, él –con lágrimas en los ojos- se ofreció a seguir cuanto hiciera falta para sacar a su Real Oviedo de los barrizales con estas palabras:

“No sé si podré llevar a este equipo por mi calidad a Primera pero, lo que tengo muy claro, es que hasta que el Oviedo no suba a Segunda B... o me muero... o yo de aquí no me marcho. Por mi madre y por mi padre. Eso lo tengo muy claro”
Diego Cervero, 26-06-2004

Gol al Oviedo ACF (2004)
Como jugador de fútbol es la viva imagen de la heterodoxia. Su trote es más de caballo que de persona, aunque esto lo va puliendo con los años. Su estilo al llegar al primer equipo era muy tosco, no tenía un buen control de balón, ni desplazamiento, ni velocidad, ni desmarque... pero a la hora de rematar nadie había como él en la plantilla. Las celebraciones de sus goles dieron que hablar desde sus primeros tantos (cabezazos en el césped, ponerse unos calzoncillos en la cabeza, quedarse en ídem...)  Sus largas patillas eran otra de las señas de identidad del alocado personaje Cervero. Sin embargo, fuera del césped, es un muchacho inteligente, estudioso y cabal. Hijo de uno de los más ilustres cirujanos de Oviedo y menor de cuatro hermanos –todos ellos con titulación universitaria- Diego Cervero alternaba los entrenamientos y partidos con el Real Oviedo en Tercera División con sus estudios de Medicina, hasta que los concluyó en su segunda etapa en el club.

Pese a que Diego Cervero es ante todo un furibundo oviedista, su relación con el club no ha sido siempre fácil. De hecho, salió en dos ocasiones de la disciplina del Real Oviedo. En la primera, la causa fue la falta de minutos disputados en su primera temporada en Segunda B. Se le descartó porque se estimaba que con su forma heterodoxa de desenvolverse en el campo no valía para jugar en esta división. Un axioma que el tiempo se encargó de corregir. En la segunda ocasión fue un desencuentro con la anterior directiva con respecto a la renovación de su contrato, vinculado a sus estudios de traumatología (el famoso MIR). El consejo de administración presidido por Dámaso “Cuqui” Bances y dirigido por Alberto González (infame personaje hoy declarado en “busca y captura”, a quien se le supone huido en algún país de Centroamérica) se negó a brindarle un contrato de tal duración y Diego Cervero de desvinculó del club para, en principio, dedicarse a sus estudios... aunque luego una oferta de la UD Logroñés que se ajustaba a su petición le llevó a jugar a Logroño, donde marcó más de 50 goles en tres temporadas y fue máximo goleador de Segunda B en la pasada campaña. Curiosamente, su tercera etapa como jugador del Real Oviedo coincide exactamente en el tiempo con la desaparición del anterior consejo, el pasado mes de julio.

Su último gol hasta el pasado domingo, en la exitosa promoción de ascenso ante el RCD Mallorca B (2009)
Ha llovido mucho desde sus primeros cuatro goles (así se estrenó ante la portería contraria) en el campo de El Sotón de Pola de Lena. Después de varios títulos como máximo goleador y de muchos goles importantes (el último que había marcado al RCD Mallorca B, junto al acierto del portero Aulestia en la tanda de penaltis final, supuso el segundo ascenso a 2ªB) ha conseguido alcanzar el tercer dígito para la cuenta de sus goles, que con toda seguridad serán muchos más al cabo de su carrera en el Real Oviedo.
ROCF Goles Diego Cervero 100

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