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jueves, 24 de enero de 2013

Deporte y Música / La Vuelta y sus sintonías (3/7)

Continuamos el repaso a las sintonías ciclistas con el tercer capítulo de la Vuelta a España. Abarcamos aquí una época de buenos temas (de 1989 a 1994) antes de que la calidad y la pertinencia de los temas se tambaleara para terminar cayendo a plomo.

Vuelta 1989: La edición 44ª de la Vuelta a España, que partía desde La Coruña, volvió a contar con la participación de Pedro Delgado (vigente ganador del Tour) ausente en la del año anterior. En Ávila (5ª etapa) se sitúa como líder el colombiano Omar Hernández, que junto a Fabio Parra serán los grandes rivales de Perico. Esta rivalidad llegó al paroxismo en la llegada a la estación de Cerler, cuando el segoviano se las vio con cuatro colombianos (Parra, Óscar de Jesús Vargas, Morales y Moncada) y les ganó al sprint en lo que fue uno de los hitos de la carrera “periquista”. Al día siguiente, Raymund Dietzen sufre un grave accidente en el túnel de Cotefablo, camino de Jaca, que le retira del ciclismo. El incidente de Cotefablo provocó una gran polémica sobre la seguridad de los ciclistas en competición. En la cronoescalada a Valdezcaray, Delgado gana y en la etapa siguiente (Santoña) consigue el maillot amarillo que está a punto de perder un día después en los Lagos de Covadonga por un ataque de Parra y Omar Hernández. En la contrarreloj de la antepenúltima etapa, Perico sentencia la Vuelta’89 a su favor.
 
Después del intento del año anterior para promocionar a un artista desconocido (Serafín Zubiri) se confió en 1989 en un grupo musical consolidado: La Unión. Apadrinados por el locutor y productor discográfico Rafael Abitbol y por el miembro de “Mecano” Nacho Cano, el entonces cuarteto tuvo un debut sonado con su primer LP “Mil siluetas” cuya primera canción tuvo un éxito enorme e imperecedero: “Lobo-hombre en París”. Después de ser elegidos como banda revelación de 1984 y de dos discos sobresalientes de estilo “new-wave” (“Mil Siluetas” y “El maldito viento”), ablandaron un poco su concepto musical en el tercero “4x4”, a cambio de mayor aceptación por el público en general. Para su cuarto disco “Vivir al este del Edén” ya eran abiertamente “popis” y su formación acababa de reducirse de cuatro a tres miembros (el teclista Íñigo Zabala abandonó el grupo para dedicarse a labores de producción en la compañía discográfica) Se escogió una versión remezclada para las pistas de baile del primer single de “Vivir...” titulado “Más y más” como la canción de la Vuelta’89. “Más y más” era una canción sicalíptica con una letra poco apta para menores y cuya interpretación reafirmó el éxito de su carismático solista Rafa Sánchez entre el público femenino y el cada vez más influyente y visible público gay. Dicha esta advertencia, se puede considerar este tema como bueno y como el reflejo de una época en la discografía nacional.

La versión maxi de “Más y más” adquiere una dimensión muy distinta a la del single. De tema lento pero cadencioso pasa a frenético por obra y gracia de los sintetizadores. Aporto ambas versiones para ilustrarlo.

a) Single


b) Maxi

Como me ocurre con “Azul y Negro”, prefiero la siguiente canción que el grupo aportó a la música de la Vuelta (en 1991)


Vuelta 1990: O “todas las etapas importan”. Las quinielas apuntaban a Pedro Delgado como el primer ciclista que ganara tres ediciones de la Vuelta a España. El propio Delgado afirmaba sentirse con fuerzas y motivación para lograr el éxito, pero en la quinta etapa sucedió un imprevisto que sería decisivo. Camino de Ubrique, el viento provocó una serie de abanicos que partieron el pelotón en varias partes. El grupo de principales aspirantes al título quedó cortado pero al tratarse de la quinta etapa, y con casi toda la Vuelta por delante, no se hizo lo posible por reducir distancias. En el grupo cabecero llegaron corredores como Julián Gorospe (que se puso de líder), el veterano Marino Lejarreta y un ciclista italiano de cierto nivel llamado Marco Giovannetti que se colocó como líder en la etapa de San Isidro. El corredor transalpino, motivado y en forma, administró su renta de varios minutos mientras las mayores bicicletas de la carrera o no se decidían a atacar, o atacaban sin eficacia, o fallaban en sus alianzas para hacerlo. Giovannetti supo en cada momento cuál era la rueda a seguir (Delgado, Farfán, Parra, etc) y las cronos de Valdezcaray (cronoescalada) y de Zaragoza reafirmaron al italiano como sorprendente ganador de la 45ª edición.

En 1990 se escogió “The perils of tourism” de “Man Jumping”, una banda de música alternativa-experimental británica muy conocida fuera de nuestras fronteras pero casi absolutamente desconocida dentro. “The perils of tourism” es una canción bastante llamativa con indudables dejes andaluces (buena parte de la primera semana de la Vuelta transcurrió por Andalucía de este a oeste) y que pese a que ahora no se recuerde, sonó muchísimo en aquel año. Tanto es así que si no es porque estoy totalmente seguro de cuáles fueron los temas anterior y posterior en la lista de músicas ciclistas podría afirmar que ambientó dos ediciones seguidas. Esta especie de sevillana postmoderna es muy representativa del tipo de música que se buscaba para sonar de fondo en los resúmenes que emitían antes de las noticias de la noche y que narraba el recordado periodista Emilio Tamargo, fallecido hace algunos años. Un personaje que consiguió unir por una vez a oviedistas y sportinguistas, aunque fuera en su contra. Pero eso es otra historia...

Vuelta 1991: El equipo Banesto (ex Reynolds) cambió su jefe de filas para esta edición. Se ausentó Delgado y tomó el mando Miguel Indurain, ya consolidado como figura internacional y como especialista en etapas cronometradas. Su gran rival, la ONCE, había reunido un gran plantel para la Vuelta con Marino Lejarreta, Eduardo Chozas, Herminio Díaz Zabala, Anselmo Fuerte y Melchor Mauri, que partía a priori como el equipo a batir. El estreno fue en Mérida, con una novedosa contrarreloj por tríos que ganó el formado por Fuerte, Herminio y Mauri. Los tres se relevarían en las sucesivas etapas como líderes de la clasificación general, con triunfo en la crono por equipos de Badajoz incluido. Desde Jaén, el líder sería Mauri. Considerado uno de los mejores contrarrelojistas del país, pero aún joven e inexperto, el de Vic iría callando las voces de sus críticos a medida que pasaban las etapas. Indurain, superado por Mauri en su propio terreno, lo intentó en la montaña. Tras suspenderse por nevada la etapa de Pla de Beret (último caso hasta la fecha), Cerler y los Lagos de Covadonga fueron los grandes escenarios de la resistencia del catalán a los ataques del navarro (e incluso del propio Lejarreta). En la antepenúltima etapa, se volvió a cumplir la tradición y Mauri rubricó su triunfo final en la crono de Valladolid. Indurain fue segundo, pero aprendió de su error en la Vuelta para ganar dos meses después su primer Tour de Francia.

“Más y más” había sido un gran éxito dos años atrás y se tomó la decisión de aprovechar que Rafa Sánchez, Mario Martínez y Luis Bolín eran aficionados a remezclar algunos de sus temas para volver a musicar la Vuelta a España. Si “Vivir al este del Edén” había sido un superventas, lo mismo estaba ocurriendo con “Tentación”, quinto disco de “La Unión” y aún más pop que el anterior. Como ya habían salido tres singles (a saber “Ella es un volcán”, “Fueron los celos” y “Si tú quisieras”), se echó mano del cuarto. Una canción que elevaba el nivel musical del disco y que se aproximaba algo más al rock que sus hermanas, sin dejar de tener una letra provocativa según qué versos: “Dámelo ya”
La remezcla de “Dámelo ya” no se basó como en “Más y más” en acelerar su cadencia rítmica, sino en la transformación de un tema pop-rock en una canción funk. Se añadieron guitarras sampleadas en “wah-wah” (¿homenaje a George Harrison?) y voz femenina acorde con el estilo que enriquecieron el resultado final, que a mi modesto juicio fue brillante. Además, es bastante apropiada para acompañar el pedaleo de los ciclistas por la tele. De nuevo pueden comprobarse las diferencias entre la versión original y la remezclada.

a) Single


b) Maxi

La Unión continuó con su permanente metamorfosis y como ya habían mostrado con el remix de “Dámelo ya” en sucesivos trabajos les iba a dar por el funky. Además de un exitoso disco en directo con una gira multitudinaria (aún ostentan el record de audiencia de un concierto musical en Oviedo) editaron con posterioridad dos nuevos discos titulados “Psychofunkster au lait” e “Hiperespacio” que volvió a elevar el nivel de calidad del grupo (el segundo de ellos también consiguió éxito de ventas), pero con posterioridad mostraron una línea decadente y “carroza” (en palabras del propio Rafa Sánchez”) que no fue del agrado del público, y perdieron progresivamente su éxito. Aún hoy continúan actuando alejados del “mainstream”. Recientemente se les pudo ver en una actuación emitida en el trasnoche de la programación de “La Sexta” y da un poco de pena ver a un grupo que fue tan destacado y señero de la música contemporánea española actuando en petit-comité.


Vuelta 1992: En su regreso definitivo a la Vuelta, Pedro Delgado (aún con un equipo de gregarios considerado de pocas garantías por prensa y aficionados) se postuló como el gran candidato a la victoria final. El segoviano se encontró en su camino con otros dos ciclistas veteranos de cierto nombre en el pelotón pero que nunca hasta la fecha se habían visto en el papel de aspirantes a una gran vuelta. Jesús Montoya (Amaya) gregario de Parra y Cubino, arrebató el maillot amarillo a Pello Ruiz Cabestany en la contrarreloj de Oropesa del Mar. El murciano tomó el papel que en las anteriores ocasiones habían representado Giovannetti y Mauri, el de ciclista neófito en lideratos que resiste los ataques de los jefes de filas. En Luz Ardiden (ilustre puerto pirenaico de la reciente historia del Tour) ganó Cubino, Perico y Montoya vivieron una curiosa situación más propia del marcaje hombre-a-hombre del fútbol que del ciclismo, y apareció el tercer protagonista de la Vuelta: un ciclista suizo recién fichado por el CLAS que tenía cierto prestigio pero cuyo rendimiento en una gran vuelta era una incógnita hasta la fecha: Tony Rominger. Tras un ataque por sorpresa en las calles de Santander, Rominger, junto con Delgado y Montoya, se jugarían la Vuelta en los Lagos de Covadonga. En una de las ascensiones más recordadas al mítico puerto asturiano, Perico ganó pero no pudo distanciarse lo suficiente de Montoya y Rominger. Las cosas siguieron más o menos igual hasta que en la contrarreloj de Fuenlabrada Rominger superó a sus rivales, ganó la crono y se colocó líder. Al día siguiente, en la Sierra de Madrid, el suizo sentenció.

Con la referencia de “Azul y Negro” aún en el imaginario colectivo de los aficionados, se apostó en su ausencia por un grupo novel de similares características llamado “Havana”, producidos no en vano por Julián Ruiz. Su tema “No smoking” ambientó con calidad y éxito la edición de 1992, una de las más interesantes de la época, aunque poco o nada se volvió a saber de esta formación (al menos, quien esto escribe). Tema instrumental, electrónico y muy adecuado como canción de la Vuelta. Otro de mis favoritos. Sirvió como aperitivo a un ilustre regreso para el año siguiente...



Vuelta 1993: Rominger, motivado y arropado por un CLAS con Echave y Gastón como escuderos de lujo, partía como el gran aspirante al triunfo final en Santiago de Compostela. Pronto se vio que Pedro Delgado no había llegado “fino” pero el suizo no iba a quedarse sin rival. Apareció un joven compatriota suyo que militaba en la ONCE llamado Alex Zülle, que fue la piedra de su zapato. Gran contrarrelojista pero muy joven, se le consideraba “verde” para una gran vuelta. Pero Zülle confirmó en la cronoescalada de Navacerrada que sus aspiraciones eran máximas y que iba en serio. Los dos suizos mantuvieron su pulso en la general. Rominger ganó en Cerler y tomó el liderato en Valdezcaray, pero la etapa clave de la Vuelta’93 fue la del Naranco. En el transcurso de una etapa lluviosa, Rominger atacó bajando el puerto de La Cobertoria y Zülle sufrió una caída. El del CLAS (equipo local) trató de aumentar su ventaja en la clasificación, el de la ONCE trató de alcanzar a su rival. Los últimos 40 kilómetros de la etapa fueron épicos y para delirio de los seguidores asturianos Rominger ganó en la cima ovetense sacando 44 segundos a un heroico Zülle que se ganó el respeto del pelotón. El joven jefe de filas de la ONCE tuvo opciones hasta el último día. En la última etapa cronometrada de Padrón a Santiago a muchos se les vino a la cabeza la última del Tour’89 entre Fignon y LeMond. Pese a la victoria de Zülle, Rominger –enfermo- mantuvo una escueta ventaja de 29 segundos que le dieron su segunda Vuelta.

El regreso anunciado no podía ser otro que el de los mismísimos “Azul y Negro”, quienes volvían a musicar la Vuelta diez años después de su última aportación. El tema “Two pa’ká” (tú p’acá) era un tema más sencillo y menos pretencioso que las dos anteriores sintonías del grupo y representaba una puesta al día de los arreglos con un sonido más nítido que el de los ochenta. Se trata de una canción imaginativa cuya melodía parece sacada de alguna pieza perdida de música clásica pasada por el filtro de los sintetizadores. Apropiada para el fin que aquí se persigue, interesante desde el punto de vista musical e incluso divertida.

El gran interés que tuvo la competición ayudó al tema a convertirse en éxito, aunque no al nivel de sus predecesoras “Me estoy volviendo loco” y “No tengo tiempo / Con los dedos de una mano”. Muchos aficionados a la música electro-techno festejaron el regreso a la primera línea de este grupo señero del ramo con el mini LP “De vuelta al futuro” y su single “Two pa’ká”, pero el retorno de “Azul y Negro” resultó frustrado debido a la escasez de ventas y a las divergencias en el dúo, que afloraron durante la preparación del disco. Joaquín Montoya (que no Jesús, el ciclista) abandonó el proyecto muy poco tiempo después y Carlos Gª Vaso lo continuó alejado de las radiofórmulas. Aún hoy en día sigue en activo, siendo uno de los músicos españoles que más cancha le da a internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías en general.




Vuelta 1994: La esperada revancha Rominger-Zülle no se repitió, pues el bicampeón de la Vuelta no dio opción a sus rivales desde el primer día (en el que ganó la prólogo de Valladolid) hasta el último. Fue líder en todas las etapas, igualando el record de Julián Berrendero (1942) y Freddy Maertens (1977). Ganó seis etapas, entre ellas las cronos (Valladolid, Sierra Nevada, Benidorm, Cerler, La Cruz de la Demanda y Palazuelos de Eresma) y la emoción se mantuvo en ver quiénes le acompañarían en el podio. Zülle no andaba tan fino como el año anterior y los dos acompañantes fueron españoles: su compañero el joven Mikel Zarrabeitia, y un clásico que se despedía de la Vuelta: Pedro Delgado. El otro gran acontecimiento, con extensión en el futuro, fue el descubrimiento de que Laurent Jalabert no sólo era un formidable sprinter especialista en llegadas que “picaban” hacia arriba sino que había dentro de él un escalador en potencia y un posible “Hombre-Vuelta” como demostró en los Lagos de Covadonga.

La banda sonora de la Vuelta’94 corrió a cargo de toda una institución de la música experimental: el grupo brasileño Uakti. Marco Antônio Guimarães lideraba (y lidera, pues aún siguen en activo) a esta banda mezcla de luthiers del año 2000 con arqueólogos sonoros en búsqueda de sonidos ancestrales. Del disco “I ching”, se extrajo su segundo tema titulado “Earth” (Tierra). La melodía recuerda a música clásica barroca (al igual que “Two pa’ka”), su base rítmica es moderna pero a diferencia de la anterior es minimalista... Un tema muy elaborado y a la vez muy sencillo. Pros: música de calidad y agradable de escuchar. Contras: para ser sintonía de la Vuelta Ciclista resulta demasiado “suave”... aunque en el futuro escucharemos otras que pecan de lo contrario, de “machaconas”.


Próximamente, el cuarto capítulo.

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