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lunes, 22 de julio de 2013

Mitos del Fútbol (4) / Butragueño: El vuelo del Buitre


Hoy festejamos un cumpleaños ilustre. Cumple cincuenta años el futbolista que marcó a toda una generación de aficionados durante los años ochenta, que rompió con el canon futbolístico que venía imperando en las temporadas precedentes y que llegó incluso a representar el cambio sociológico de la sociedad española recién incorporada a la Comunidad Económica Europea. Un muchacho bajito y rubio que opuso la técnica a la táctica, el talento ante el músculo y el fútbol vistoso, combinativo y de ataque frente al imperio de la defensa y el fútbol-fuerza.

Con la perspectiva que nos da el paso del tiempo y la evolución de los hechos, su figura no ha hecho más que agrandarse. Podemos afirmar sin miedo a error que la figura de este menudo y atípico futbolista entendido en arte y que practicaba yoga se adelantó una generación natural a sus congéneres, profetizando un tipo de fútbol que habría de convertir en un futuro a la Selección Española en campeona del Mundo. Como Juanito o Fernando Martín, de quienes ya hemos hablado, su carisma trascendió el ámbito del madridismo para ser admirado y respetado por cualquier aficionado al fútbol y al deporte, sea del equipo que sea. Hoy homenajeamos a Emilio Butragueño.

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En el nido

Emilio Butragueño Santos viene al mundo en el hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid el 22 de julio de 1963, como segundo hijo del matrimonio formado por Emilio (padre) y Pilar. Tiene una hermana mayor llamada como su madre. La familia Butragueño es una familia cristiana y tradicional con un plan fijo para los domingos. Por las mañanas a misa, y luego al fútbol. Emilio Sr. se dedicaba al mundo de la perfumería aunque de joven había sido futbolista en clubes no profesionales. Forofo del Real Madrid, no dudó en hacer socio madridista a su hijo a la mañana siguiente de su nacimiento.

El pequeño Emilio fue un niño muy aplicado en los estudios, y llamaba la atención de sus profesores por su carácter tímido y bien educado. También lo hacía por su temprana afición a practicar varios deportes. No faltaba a los partidillos de fútbol con sus compañeros en el recreo, como tampoco hacía ascos al baloncesto o al atletismo por ejemplo. Demuestra gran habilidad especialmente en la práctica de fútbol y de baloncesto.
 
Butragueño ingresa con diez años de edad (1973) en el Colegio Calasancio. El responsable deportivo del colegio, José Antonio Sacristán, le propone incorporarse al equipo infantil de baloncesto. Por su corta estatura ejerce de base y desarrolla grandes cualidades para el puesto. A imagen del Real Madrid de mediados de los setenta, sus compañeros le apodan “Corbalán” (En aquellos años joven base del equipo madridista). Pese a sus buenas dotes para el deporte de la canasta, Emilio termina por abandonar. Los equipos de baloncesto del Colegio Calasancio disputaban sus partidos en domingo, hecho que impedía al muchacho desplazarse con su familia como cada fin de semana a su chalet de Las Navas del Marqués y le forzaba a quedarse en el piso de Madrid. Por contra, los equipos de fútbol del colegio solían jugar en sábado. Emilio sustituyó las canastas por las porterías. Un hecho aparentemente trivial que tendría importantes consecuencias en el futuro.

Tres en el Castilla: Butragueño, Martín Vázquez y Pardeza
En sus primeros partidos “serios”, el joven Emilio Butragueño comienza jugando como centrocampista organizador. Su escasa presencia física (es un muchacho bajito y menudo al que es fácil derribar en un choque cuerpo a cuerpo) le deja en desventaja con la mayoría de sus rivales y su entrenador decide adelantar su posición a la de delantero, alternando la demarcación de extremo izquierda con la de delantero centro para aprovechar sus cualidades técnicas y su sorprendente facilidad para el regate en corto. El cambio es positivo. Butragueño comienza a deslumbrar en los campos de fútbol. Sus primeros goles, sus primeras tardes de gloria doméstica. Entre otros logros, consigue con el Colegio Calasancio el subcampeonato amateur de Madrid en 1980. Por aquel entonces tiene lugar la primera prueba de admisión de Emilio en el Real Madrid, en la que no resulta admitido. La influencia de su padre, amigo de varios miembros del cuerpo técnico de cantera del Real Madrid como Juan Felipe y Juan Gea, resulta decisiva para que el joven Butragueño disponga de una nueva oportunidad de ingresar en el club blanco. A ello se une el interés que el Atlético de Madrid parece tener en su fichaje. La segunda prueba es satisfactoria. Además de las pruebas técnicas, Emilio disputa un partido con el Castilla juvenil A en San Lorenzo del Escorial el día de la Asunción de 1981. El Castilla vence por 7-0. Butragueño no marca pero realiza un gran partido en el que da varios pases de gol y desarbola a la defensa local. Días después, firma su primer contrato como jugador amateur de la plantilla blanca.

Primeros vuelos

Un típico dribbling del Buitre
Con la tinta de su firma aún fresca sobre el papel, Butragueño juega por primera vez en el Santiago Bernabeu, disputando con un Real Madrid plagado de reservas y amateurs el trofeo homónimo frente al AZ holandés. El joven Emilio, recién salido del servicio militar, salta al campo a falta de un cuarto de hora con 0-1 para el AZ. Tras varias jugadas de mérito que despiertan al aburrido respetable de su siesta, consigue empatar. Es su primer gol en el coliseo merengue.


El equipo aficionado del Real Madrid milita en Tercera División. Butragueño sorprende a propios y a extraños con su inusual forma de jugar. Sus regates inesperados, su oportunismo y su facilidad goleadora salen a la luz. Es en estos momentos cuando sus compañeros, en parte por semejanza nominal con su apellido, y en parte por moverse en el área rival como un ave rapaz, le apodan como “El Buitre”. Sus buenas actuaciones son motivo de comentarios entre los técnicos del club y su incipiente fama alcanza los oídos de Juan Santisteban, entrenador del primer filial madridista (el Castilla). Es el final de temporada y el Castilla se encuentra acomodado en mitad de la tabla de Segunda División. A ello se suma la jornada de huelga de los futbolistas profesionales. Momento óptimo para probar a jugadores que despunten en los equipos inferiores. En los seis últimos partidos a Butragueño le da tiempo a marcar tres goles, y a asegurarse un puesto en el Castilla para la siguiente temporada. 

Reproducción del artículo de J.C. Iglesias
El mítico extremo derecha del Real Madrid Amancio Amaro se hace cargo del banquillo del Castilla en la temporada 1982-83. Amancio deposita su confianza en Butragueño y el rubito no le defrauda. Juega todos los encuentros de la temporada y alcanza la notable cifra de trece goles, la mayoría de ellos marcados en la segunda vuelta de la Liga. El Castilla finaliza el campeonato liguero en sexta posición. El proyecto de cantera se consolidará al año siguiente. A los Míchel, Chendo, Ochotorena, Juliá, Pardeza y el propio Butragueño se suman nuevos jugadores que destacan rápidamente: Rafael Martín Vázquez y Manolo Sanchís, hijo éste último del célebre defensa del Real Madrid de los sesenta. La compenetración de este equipo es total y fruto de ella llegan los buenos resultados. Butragueño se erige en protagonista gracias a una gran racha goleadora. Una semana después de que el Castilla goleara por 6-1 al filial del eterno rival (el Atlético Madrileño) con tres goles de Butragueño el periodista Julio César Iglesias publica en su columna del lunes 14 de noviembre de 1983 en “El País” un artículo titulado “Amancio y la quinta del Buitre”, en el que ensalza la calidad de Butragueño y otros cuatro compañeros (Míchel, Pardeza, Sanchís y Martín Vázquez) invitando a Alfredo Di Stefano a hacerles debutar en el primer equipo que dirige. Para darle más razón, Butragueño debuta al día siguiente con la Selección Española Sub-21 ante Holanda, marcando el gol de la victoria. La quinta velocidad de Butragueño a la que se refiere Julio César Iglesias en su artículo, la Quinta de canteranos madridistas que aporrean la puerta del primer equipo pidiendo paso. Bien por la exhortación del periodista o por la previa y positiva experiencia de un caso similar que vivió siendo entrenador del River Plate, Di Stefano empieza a convocar uno por uno a esos jugadores para debutar con el Real Madrid.

Cuando van consumidas dos terceras partes de la temporada, Di Stefano convoca a Emilio Butragueño para debutar con el primer equipo. De los cinco jugadores de la “Quinta del Buitre” es el último en hacerlo. Debuta el 5 de febrero de 1984 sustituyendo a Sanchís en el descanso del Cádiz-Real Madrid disputado en el Ramón de Carranza. El Madrid pierde por 2-0. Al cuarto de hora El Buitre marca el 2-1 con un disparo raso y cruzado. Lanza poco después un balón al larguero. Colabora en el empate marcado por Gallego a falta de dos minutos y en la jugada siguiente, una vez recuperado el balón, aprovecha un rechace del portero Cedrún a un lanzamiento previo para marcar el gol de la victoria. Butragueño debuta en el Real Madrid en partido oficial de manera brillante y pasa de inmediato a engrosar la primera plantilla del club merengue. Mientras sus compañeros del Castilla apuntalan el campeonato de Segunda División, Butragueño permanece imbatido en la tabla de goleadores y termina como máximo goleador de Segunda formando parte ya del equipo en Primera.

El joven Butragueño tuvo una gran acogida en el vestuario gracias a veteranos como Juanito

Al final de esa misma temporada a Butragueño le aguarda una agradable e inesperada sorpresa. La Selección Española absoluta va a disputar la fase final de la Eurocopa 1984 en Francia. En un encuentro amistoso previo ante Hungría, el delantero bético Hipólito Rincón se lesiona de cierta gravedad y ha de ser sustituido en la convocatoria definitiva. El seleccionador Miguel Muñoz elige como sustituto de Rincón a Butragueño, en una decisión arriesgada que le conlleva no pocas críticas. El muchacho tan sólo ha disputado diez partidos en Primera División y, aunque es un jugador de innegables cualidades la prensa clama por jugadores más experimentados ante una cita tan trascendental. Muñoz, que ha seguido la vertiginosa trayectoria de Butragueño desde el filial, se mantiene firme en su decisión y Emilio se incorpora a la concentración. No disputará ni un sólo minuto de aquella fase final de 1984 en la que España alcanza el subcampeonato europeo, pero la experiencia le resulta muy enriquecedora. Hace buenas migas con la mayoría de internacionales, especialmente con su compañero de habitación Rafael Gordillo, futuro madridista. El debut con la Selección Española absoluta esperará hasta el mes de octubre, cuando participe como titular en el oficial España-Gales jugado en el estadio Benito Villamarín de Sevilla. El Buitre marca en el último minuto el 3-0 definitivo.

Consagración ante el Anderlecht

Uno de los días de gloria de Butragueño: 12-12-1984 ante el Anderlecht
Para entonces pierde temporalmente la titularidad en el Real Madrid por su sequía goleadora. Amancio es ahora el entrenador del primer equipo y pese a convocar a Butragueño como suplente en los últimos encuentros le alineará de titular de nuevo en un partido comprometido ante el RSC Anderlecht belga, en partido de vuelta de octavos de final de la Copa de la UEFA. El Real Madrid viene de perder por 3-0 en Bruselas y precisa a todos sus delanteros para alcanzar el objetivo de ganar por cuatro goles. El club belga era por entonces importante en el concierto internacional. En sus filas jugaban futbolistas de alto nivel como Scifo, Vercauteren, Morten Olsen, Arnesen o Grün, y la papeleta para el Real Madrid no era sencilla. Pero aquel 12 de diciembre de 1984 todo se alineó a favor del club blanco. Apenas iniciado el partido, Sanchís marca el 1-0 y pasado el cuarto de hora, Butragueño inicia su festival marcando de cabeza y libre de marca el 2-0. Antes del descanso, Valdano marca otros dos goles a pase de Butragueño. Entre medias, Frimann marca para el Anderlecht forzando al Real Madrid a marcar un quinto gol. El menudo y joven delantero madridista aplasta cual David bíblico al Goliat bruselense, enloqueciendo a las repletas gradas del Bernabeu. Recién iniciado el segundo tiempo, Butragueño marca dos goles más. Los 40 minutos restantes son un trámite en el césped y una fiesta en la grada. 6-1. El Real Madrid clasificado para cuartos de final. Butragueño convertido en un ídolo y el Santiago Bernabeu patas arriba. Los ecos de su exhibición ante el Anderlecht resuenan por toda Europa y nuestro protagonista se convierte en objeto de deseo de los principales clubes del Viejo Continente. A todos les parece imposible que un partido de semejante envergadura fuera protagonizado por un muchacho de sólo 21 años.

En un Madrid-Barça ante Calderé
Butragueño recupera la titularidad y vuelve a marcar goles habitualmente. Se consolida en la Selección Española y aunque falla en Liga, el Real Madrid ganará finalmente la Copa de la UEFA tras eliminar al Tottenham en cuartos, al Inter de Milán en semifinales, y al sorprendente Videoton húngaro en la final a doble partido. La publicación deportiva italiana “Guerin Sportivo” le elige como ganador de su trofeo “Bravo” que premia al mejor futbolista sub-23 de Europa. Repetirá al año siguiente.

La temporada 1985-86 es casi un calco de la anterior con una diferencia: Con el también ex jugador Luis Molowny como nuevo entrenador el Real Madrid se refuerza con jugadores clave en puestos importantes (Gordillo, Maceda y el goleador mexicano Hugo Sánchez) y conquista el campeonato de Liga tras cinco temporadas de sequía. Con Hugo Sánchez como delantero centro, Butragueño desplaza su posición y se libra de la responsabilidad del gol. A cambio, regalará al mexicano decenas jugadas y centros que le convertirán en máximo goleador liguero en las siguientes campañas con cifras record. Reedita el título de campeón de la UEFA ante el Colonia alemán y asume el rol de joven figura de la Selección Española que afronta la fase final del Campeonato del Mundo de 1986 en México.

Butragueño destaca dentro y fuera de los campos de fútbol por hacer añicos el cliché preestablecido sobre el futbolista. Menudo y delgado, pierde en los choques pero su extraordinaria habilidad para el regate y su visión de juego suplen su carencia física. A menudo parece “ido” del partido y, de repente, el balón llega a sus pies y su jugada lo decide. Suele adormecer el balón entre sus pies, con los brazos pegados al cuerpo, para salir disparado con el balón pegado a su bota dejando clavado a su defensor. Los especialistas bautizan esta clásica jugada de Emilio como el “amague neutro”. Si sobre el césped su juego se apoya en la sutilidad, la inteligencia, la astucia y la templanza de carácter en los momentos decisivos ante jugadores fuertes y ciclotímicos no es menos rompedora su imagen exterior. La cortesía y educación con la que trata a la prensa o a los equipos rivales pese a su insultante juventud le aporta un aura aristocrática. A algunos les llega a parecer incluso petulante. Cuando trascienden sus inquietudes culturales o que practica con frecuencia casi diaria el yoga y otras técnicas de meditación y uno repara en su profesión y su edad los esquemas tradicionales se resquebrajan. Inequívocamente madridista, no le duelen prendas en reconocer que el jugador que más le ha inspirado ha sido Johan Cruyff. El Buitre es, en todos los sentidos, una “rara Avis”.

Butragueño ante el capitán danés Morten Olsen, 18-06-1986 en Querétaro (Mundial México 1986)
México lindo y querido (o Aquella tarde en Querétaro)
Miguel Muñoz convoca para México a un conjunto de jugadores de entre los cuales sólo dos (el capitán Camacho y el portero del Barcelona Urruticoechea) han cumplido treinta años. Jugadores veteranos como Santillana y Arconada han quedado descartados y Butragueño, conocido en toda Europa por su famoso partido ante el Anderlecht, es la figura atacante del equipo y el hombre más reconocido de la Selección. Le acompaña Míchel como miembro de la “Quinta del Buitre”, pero Sanchís queda fuera por lesión. España queda encuadrada en el Grupo D con Brasil, Irlanda del Norte y Argelia. Pierde ante Brasil en un partido marcado por los errores arbitrales del colegiado australiano Bambridge pero gana los otros dos encuentros. En el primero de ellos, Butragueño marca su único tanto a los 69 segundos de partido. El Buitre no ha brillado hasta ahora como de él se espera y en octavos de final sus habilidades serán muy necesarias. El cruce de octavos de final como segunda de grupo D enfrenta a España con el campeón del grupo E. Se espera a la RF Alemana pero Dinamarca gana a los alemanes en un gran partido por 2-0. Los daneses son viejos conocidos, muy buenos y tras la eliminación en semifinales de la pasada Eurocopa le tienen ganas a España. Sus principales jugadores son su delantero centro Elkjaer-Larsen (jugador del Verona italiano, aúna fuerza, velocidad y calidad) y Michael Laudrup (joven mediapunta con extraordinaria visión de juego). Han ganado los tres partidos de su grupo y tras vencer a los vigentes subcampeones mundiales han cobrado vitola de candidatos al título mundial. Elkjaer-Larsen es ahora mismo el máximo goleador del campeonato con cuatro goles. Tres de ellos en el Dinamarca-6 Uruguay-1. Las apuestas se decantan claramente del lado danés. El partido se disputará en Querétaro, a las cuatro de la tarde hora local del 18 de junio de 1986.

El estadio de La Corregidora aparece poblado de banderas españolas. No en vano la presencia emigrante de España es muy numerosa en la meseta central mexicana. El ambiente es muy favorable a la Selección Española y anuncia algo mágico. El partido da comienzo. Tras un par de ocasiones de España los daneses van comiendo terreno a los españoles e imponen su superioridad técnica. Fruto de sus acometidas al área consiguen forzar un penalti que transforma en gol Jesper Olsen hacia la media hora de juego. Pero a Dinamarca le dura poco la ventaja. Un inexplicable error del propio Jesper Olsen despejando un balón desde la banda al centro de la defensa es interceptado por Butragueño, que aparece de la nada para batir al sorprendido portero Högh. España empata a uno al filo del descanso y el guión de la película va a cambiar. Lo escribirá el propio Butragueño.

Eloy Olaya, delantero del Sporting de Gijón de características parecidas a las del delantero madridista, sustituye a un desafortunado Julio Salinas. El cambio dará buenos efectos. Elkjaer-Larsen está a punto de marcar para Dinamarca tras gran jugada personal pero quien marcará será Butragueño. De cabeza, libre de marca, en jugada ensayada tras saque de corner. El gol desequilibra la eliminatoria. Butragueño se erige en figura imparable y enloquece a los defensas daneses, una y otra vez superados por sus regates, sus combinaciones y por su velocidad. En una de sus carreras Butragueño es derribado en el área provocando un nuevo penalti, esta vez favorable a España. Andoni Goicoechea bate de fuerte disparo a Högh y marca el 3-1. Dinamarca se hunde moral y físicamente, y fruto del caos España fulminará a los daneses a la contra. Una conducción de Míchel acabará en Eloy, que asistirá a Butragueño para marcar a placer el 4-1, tercer tanto de su cuenta de la tarde. Con la eliminatoria sentenciada, los daneses vencidos y ante el delirio del público pro-español en el graderío, llega la última jugada del partido. Butragueño cita al defensa en el área grande cual torero y tras regatearle el defensa le zancadillea. Nuevo penalti y, esta vez, lo lanzará el propio Emilio a indicación de sus compañeros. Butragueño lanza y anota. 5-1. Cuatro goles del Buitre. España a cuartos de final. La ilusión se desborda. La puerta al título mundial se abre de repente. Con sus cuatro goles en un sólo partido, Butragueño iguala el record de goles en un sólo partido en un Mundial, se pone al frente de la lista de goleadores y se erige junto con Maradona como gran estrella del campeonato. En España, a altas horas de la madrugada, se festeja alocadamente la victoria. Es el día cumbre de su carrera.

Desgraciadamente, todo lo que salió bien en el encuentro de octavos saldrá mal en cuartos ante Bélgica en Puebla. España domina pero es incapaz de marcar. Un error defensivo debido a la ausencia de los defensas centrales titulares (Maceda y Goicoechea) brinda a Ceulemans el gol de Bélgica. A falta de cinco minutos para el final, un gran chut lejano de Señor iguala el encuentro ante el delirio del estadio Cuauhtémoc, como La Corregidora totalmente volcado con los españoles. La prórroga no resuelve nada y se llega a la tanda de penaltis, donde el portero belga Pfaff detiene el único lanzamiento errado a Eloy. No obstante, la imagen de la Selección Española en México enmienda el fiasco del anterior campeonato en el que España fue la anfitriona fracasada. Butragueño es tras el inglés Lineker el máximo goleador, y junto a él y a Diego Armando Maradona conforma la delantera del equipo ideal de México’86. Su trascendencia es global y, como en el famoso gag de Emilio Aragón, basta nombrar España a cualquier extranjero para que te respondan “Butragueño”.

El éxito liguero del Real Madrid, con Butragueño y Hugo Sánchez en punta, se prolongan durante las cuatro siguientes temporadas. La Quinta del Buitre en general y Butragueño en particular son el eje sobre el que gira el Real Madrid, y también la Selección Española post-México. Vive en este período sus mayores éxitos deportivos con su club con una sola cuenta pendiente: La Copa de Europa, competición en la que sucesivamente el Bayern Munich, el PSV Eindhoven y por dos veces el Milán impiden a los madridistas recuperar el trono de Rey de Europa. Es en un partido de Copa de Europa ante el PSV Eindhoven cuando el entrenador holandés Leo Beenhakker decide relegar a la suplencia a Butragueño en favor de Paco Llorente. Se produjeron especulaciones de todo tipo que el silencio del Buitre (para algunos por buena educación y para otros callar por prudencia) no hizo más que aumentar. Que si hubo una discusión entre Beenhakker y Butragueño, que si Butragueño y sus compañeros de la Quinta se quejaron al presidente Ramón Mendoza del trato de Beenhakker... (Estas polémicas sacuden cada cierto tiempo al club. Véase el aún reciente caso Casillas-Mourinho) Durante estas temporadas triunfales hubo momentos para todo, desde un gol imposible marcado al Cádiz en Copa (en el que en un palmo de terreno y pegado a la línea de fondo dribló a varios defensas para terminar marcando gol) hasta una curiosa anécdota con un calzón roto y un oportuno reportero gráfico que inmortalizó sus genitales en pleno partido.

La Quinta del Buitre al completo en Zaragoza (1993): Butragueño, Pardeza, Míchel, Sanchís y Martín Vázquez

Replegando las alas

Tras la eliminación en la Eurocopa de la RF Alemana en 1988, Miguel Muñoz dio paso a Luis Suárez como nuevo seleccionador nacional español. Tras la retirada del equipo nacional de su compañero José Antonio Camacho, El Buitre tomó el brazalete de capitán de España. La clasificación para el Mundial de Italia de 1990 fue relativamente cómoda pero una vez en la fase final las cosas ya no salieron tan rodadas. Butragueño no encontraba el gol y languidecía sobre el césped, mientras sus compañeros de la Quinta Rafael Martín Vázquez y Míchel cobraban protagonismo. Ante Yugoslavia, en octavos de final, se repite la historia del España-Bélgica de México’86. España domina pero los balcánicos resisten e incluso se acercan al contraataque cada vez con mayor peligro. Butragueño estuvo a punto de clasificar a España para cuartos con un cabezazo que envia el balón al poste. Dos grandes acciones de Dragan Stojkovic clasificaron a Yugoslavia y eliminaron a España tras una prórroga. La decepción fue muy grande, y fue a peor cuando España no consigue clasificarse para la Eurocopa de Suecia’92 (fue la única ausencia de la Selección Española en una fase final desde 1976 hasta hoy). Butragueño, que había sido máximo goleador de Liga con el Real Madrid la temporada anterior, veía como era desplazado de la Selección por el nuevo entrenador, Javier Clemente, junto con los otros componentes de su célebre Quinta. El vasco era conocido por defender un tipo de fútbol frontalmente opuesto al que encarnaba El Buitre. En total, Emilio Butragueño disputó 69 partidos internacionales y marcó 26 goles, record que se mantuvo durante una década. Con su defenestración del equipo nacional, con sólo 29 años, comienza el declive del Buitre.

Con Valdano, en los Premios Ppe de Asturias
En la competición de clubes, el Barcelona entrenado por Johan Cruyff desplaza asimismo al Real Madrid del primer puesto. En dos temporadas consecutivas, el Real Madrid y el Barcelona se juegan la Liga en la última jornada, visitando los madridistas al Tenerife. El conjunto isleño, dirigido en la segunda ocasión por el ex-compañero de Butragueño Jorge Valdano, derrota al Real Madrid y el Barcelona consigue el título. En 1994 Jorge Valdano se hace cargo del banquillo madridista y para pasmo de muchos, decide relegar a Butragueño no a la suplencia sino fuera de las convocatorias mientras da la alternativa a un muchacho de 17 años llamado Raúl, que viste el dorsal número 7 que durante los últimos diez años ha llevado nuestro protagonista. Vuelven los rumores y las especulaciones asegurando el deterioro de la relación Butragueño-Valdano, hasta entonces muy cordial. El contrato de Butragueño expiraba al final de aquella temporada y quien fuera el ojito derecho del madridismo durante el último decenio decide emigrar. Es objeto de grandes homenajes y reconocimientos, incluido un partido en su honor en el que Hugo Sánchez y Gordillo regresan al Bernabeu ex-profeso para jugar junto a su amigo. El rival es la Roma de un jovencísimo Totti. El Real Madrid vence 4-0 y Butragueño se despide de su público. Es aún relativamente joven (31 años), pero abandona el club como si se tratara de un gran veterano: Con la admiración de todos, pero sin apenas minutos para jugar.

Celaya, el último zarpazo

En el Celaya con Míchel (izq.) y Hugo Sánchez
Cuando todo el mundo da por hecho su marcha al fútbol japonés, Emilio Butragueño regresa al país donde se lanzó al estrellato mundial: México. Un país en el que se habían retirado futbolistas españoles míticos en los setenta como Pirri y Asensi. Se enrola en el Atlético Celaya y tras una gran temporada el club blanco alcanza la final del campeonato mexicano que pierde ante el Necaxa (en el partido de vuelta disputado en el Estadio Azteca se produce una curiosa imagen: Antes del encuentro suena el himno mexicano y todos los jugadores saludan al himno “a la mexicana”, con el brazo recto sobre el pecho. Todos menos Butragueño, que permanece con los brazos pegados al cuerpo y que escucha el himno formando “a la española”)  El Buitre triunfa en México como un fenómeno social, ganándose el apelativo de “El caballero de la cancha” por su cortesía para con sus compañeros, rivales y colegiados. Atraerá a su vez a varios futbolistas veteranos compatriotas a la liga mexicana para prolongar sus carreras o finalizarlas (Carlos, Baquero, Guardiola...)  Sus grandes amigos y compañeros Míchel y Hugo Sánchez compartirán vestuario con él en siguientes campañas, así como otros jugadores españoles como Rafa Paz, Manjarín y Bango defenderán posteriormente la camiseta blanca del Celaya. Butragueño pone fin a su carrera profesional el 5 de abril de 1998, con treinta y cuatro años con una emotiva despedida que le brindan los aficionados mexicanos.

Una vez retirado, completa sus estudios de Empresariales con el título de Gestor de Entidades Deportivas de la universidad de UCLA (Estados Unidos) y se vincula al proyecto de Florentino Pérez. Bajo su presidencia ocupa cargos directivos en el Real Madrid. Primero como director deportivo, después como director de relaciones institucionales. Además, ha sido embajador de la UEFA para la final de la Copa de Europa de 2010 disputada en el Santiago Bernabeu. Su afinidad con el actual mandatario madridista es tal que en una conferencia pronunció una frase que dio la vuelta al mundo futbolístico: “Florentino es un ser superior”. Al igual que otros destacados deportistas españoles de la época, su popularidad se tradujo en imagen para varias campañas publicitarias y/o con fines benéficos (Muchos oímos por primera vez las palabras “Organizaciones No Gubernamentales” de su viva voz). Es uno de los pocos futbolistas de élite que puede presumir de no haber sido expulsado en ningún partido en toda su carrera.

Hoy Emilio Butragueño cumple cincuenta años.



Ficha:

Nombre: Emilio Butragueño Santos
Fecha y lugar de nacimiento: 22-07-1963 en Madrid (ESP)
Talla y peso: 1.70m / 63 Kg
Demarcación: Delantero
Equipos profesionales:
-         Real Madrid (1984-95)
-         At. Celaya (MEX) (1995-98)
Internacional: 69 partidos y 26 goles con España (1984-92)
Títulos:
a) Con el Real Madrid
-         6 Ligas (1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1995)
-         2 Copas (1989, 1993)
-         4 Supercopas (1988, 1989, 1990, 1993)
-         1 Copa de la Liga (1985)
-         2 Copas de la UEFA (1985, 1986)
-         1 Trofeo “Pichichi” (Máx. Goleador Liga Española) (1991)
b) Con el At. Celaya
-         Subcampeón Liga Mexicana (1996)
c) Con la Selección Española:
-         Subcampeón Eurocopa (1984)
-         Subcampeón Cto. Europa Sub-21 (1984)
d) Menciones individuales:
-         2 Trofeos “Bravo” (Mejor jugador Sub-23 Europa) (1985, 1986)
-         1 Bota de plata (2º máx. goleador Mundial México 1986)
-         2 Balones de Bronce (3º clasificado Balón de Oro) (1986, 1987)


Videoteca on-line sobre Emilio Butragueño:

Butragueño: La leyenda (Documental 66 minutos, español)

Real Oviedo-Castilla, 1984 (de los últimos partidos de Butragueño con el Castilla)

Butragueño regresa al Carranza, donde debutó (3 minutos)

El célebre gol de Butragueño al Cádiz

Resumen España-Dinamarca, Mundial México 1986 (9 minutos)

Retirada de Butragueño (At. Celaya, 1998, 5 minutos)

Entrevista a Butragueño, 2013 (26 minutos)

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