Continuamos
la serie del XXV Aniversario del Real Oviedo en la UEFA con el segundo capítulo
dedicado a los días y semanas previos al debut. He reservado la segunda mitad
de este episodio para incluir una lista de éxitos de aquella época que componen
mi BSO personal de 25 años atrás. En los dos capítulos restantes nos
centraremos en los partidos, tanto el de Oviedo como el de Italia.
Lacatus
Se pretendía fichar como cuarto jugador extranjero a un
delantero de nivel internacional, con experiencia en competiciones europeas y
que pudiera liderar al Real Oviedo en su nueva etapa. Se hablaba de dos
opciones: Skoro y Lacatus. Haris Skoro era un delantero bosnio del Torino que
había destacado en sus inicios con el Zeljeznicar de Sarajevo, con el que llegó
a semifinales de UEFA en 1985, y que había pasado por el Dinamo de Zagreb antes
de recalar en el club turinés. Ostentaba el record del gol más rápido de la
Serie A con su gol a los 9 segundos de un Torino-Ancona dos temporadas atrás.
Partía con la ventaja de poder entenderse rápidamente con los otros tres
extranjeros oviedistas, ex-yugoslavos como él (Jerkan, Gracan y Jankovic). Finalizaba
contrato con los italianos y era económicamente asequible. Tenía experiencia en
partidos internacionales pero se consideraba que no llegaba al perfil de figura
que se buscaba. Además, era un goleador demasiado irregular que alternaba
buenas rachas con meses sin ver puerta.
Marius Lacatus era la gran estrella rumana del momento junto
a Hagi, y había sido campeón de Europa con el Steaua en 1986. Era un delantero
de calidad, veloz y muy competitivo, acostumbrado a disputar partidos
importantes y a marcar goles decisivos. Contratado tras el Mundial de 1990 por
la Fiorentina, se trataba de un atacante de primer nivel. Pero tenía dos graves
inconvenientes: el alto coste de su fichaje (y de su presumible ficha), y sobre
todo su carácter díscolo y temperamental. Conocido como “La Fiera” tanto por su
bravura como por su “mala leche”, había protagonizado a lo largo de su carrera
algún altercado en pleno partido con varios rivales. Al no haber ofrecido el
rendimiento goleador esperado, la Fiorentina quería desprenderse de Lacatus...
pero no a cualquier precio. El desembolso realizado por él a beneficio del
Steaua (unos 300 millones de pesetas –unos 1.800.000 euros-) había sido muy
importante. Se rumoreaba que varios equipos europeos estaban interesados en su
contratación y la puja podría resultar prohibitiva para las nunca rebosantes
arcas oviedistas.