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domingo, 16 de abril de 2017

Mitos del Baloncesto (5) / Kareem Abdul Jabbar: yo soy el pívot


Hoy homenajeamos a una de las mayores leyendas del baloncesto en el día de su 70º cumpleaños: Kareem Abdul Jabbar. El jugador que batió casi todos los records de la NBA y que ocupa un lugar preeminente en la iconografía de este deporte.

Le conocí en sus últimos años de profesional, viéndole en TV moverse pesadamente de zona a zona con sus 2.18, su calva y sus gafas, cuando era inverosímil que un tipo de 40 años compitiera profesionalmente a alto nivel. Un oportuno reportaje de la revista del fin de semana de “As” allá por 1991 (que por desgracia no conservo) me descubrió por primera vez la leyenda que aquel mítico jugador recién retirado y su interesante historia dentro y fuera de las canchas.

Resulta realmente difícil condensar en un sólo artículo la figura de Kareem: sus 20 temporadas como profesional, su “antes” y su “después” de la NBA, su extensísimo palmarés... Me limito aquí a narrar los hitos fundamentales de su carrera y de su vida sin detenerme a enumerar estadísticas o relatar partidos concretos.

Un niño negro de Harlem

Ferdinand Lewis Alcindor nació en Nueva York el 16 de abril de 1947, en el seno de una familia muy humilde, negra y de fe católica. Su padre trabajaba en una central eléctrica y su madre servía en casas de familias de clase media. Criado en Harlem durante los años cincuenta, vivió desde muy niño lo que le marcaría personalmente de por vida. En su niñez la segregación racial era el pan de cada día, los negros eran considerados como personas de segundo orden y muchos blancos miraban a los negros aún como esclavos. La única posibilidad de ascenso social para un negro era asomar la cabeza como músico de jazz. La vida era muy dura a este lado de la ciudad, donde un puñado de dólares costaban mucho esfuerzo y sacrificio diario.

Poco a poco se pasó de la posguerra a la prosperidad de la clase media blanca, y los negros querían participar también del nuevo estado del bienestar. Una sencilla costurera llamada Rosa Parks había comenzado la lucha simbólicamente negándose a levantarse del asiento de autobús que ocupaba. En pocos años, el movimiento por los derechos civiles de la negritud se expandió por los Estados Unidos en diversos grados y en forma tanto conciliadora como radical. Aparecieron Malcolm X, Eliah Muhammad, Martin Luther King... En medio de este torbellino social se crió el joven Lew Alcindor, consciente desde su más tierna infancia de su lugar en el mundo y de su misión: mejorar las condiciones sociales de sus “hermanos” en la medida que pueda.

Sus primeros trofeos en la Power Memorial
Grande desde la cuna (sus padres ya eran bastante altos) su estatura empujó a Lew Alcindor a las canchas de baloncesto. Superaba los dos metros con sólo catorce años de edad. El ingreso en el instituto Power Memorial High School supuso su explosión prematura como fenómeno del mundo de la canasta. Sobrepasaba con mucho a la mayoría de sus compañeros y rivales. Tanto en estatura como en calidad. Gran anotador, gran reboteador, gran competidor. La Power Memorial ganó con él tres títulos estatales consecutivos.

Sus cualidades y sus triunfos con la Power Memorial no pasaron desapercibidos para las universidades que, a diferencia de lo ocurrido años atrás con Bill Russell y queriendo enmendar tal error, se lanzaron decididamente a captar para su equipo a la prometedora figura. Se dice que pudo elegir entre más de 150 opciones y de entre todas ellas eligió cruzar costa a costa el país y matricularse en la facultad de Historia de la Universidad de California-Los Ángeles (U.C.L.A.) y jugar en su equipo a las órdenes del ya ilustre entrenador John Wooden.

El Rey de las Aulas

Para tranquilizar a sus preocupados padres Lew quiso que conocieran a su futuro entrenador antes de su partida a California. Wooden acudió a Nueva York para entrevistarse con los Alcindor, pero la cita tuvo lugar de forma inusual. El padre de Lew trabajaba en la central eléctrica con turno hasta la medianoche, así que el “Brujo” Wooden hubo de presentarse en el domicilio familiar a eso de la una de la madrugada.

Wooden, atento al entrenamiento de Alcindor (1967)
A finales de 1966 Lew Alcindor comienza a jugar con UCLA como pivot titular, consolidándose desde entonces la leyenda del jugador, del entrenador y del propio equipo universitario. El poderío físico de Alcindor era incontestable. Con sus siete pies de estatura y su enorme envergadura dominó desde el principio la zona bajo los aros. Su habilidad y su capacidad anotadora deslumbraron (hoy llama la atención ver vídeos de su época en UCLA y verle girar sus brazos con el balón haciendo una circunferencia perfecta protegiendo la posesión) Comenzaron las comparaciones con el último as universitario -para entonces ya estrella consolidada de la NBA- Wilt Chamberlain. Gracias a su estatura y su envergadura apenas le costaba alcanzar el aro y era frecuente verle anotar machacándolo tras media vuelta. En un intento desesperado por neutralizar la superioridad de Alcindor, la liga universitaria NCAA prohibió el denominado “mate” en la temporada 1967/68. Esfuerzo vano. Lew siguió siendo el rey de las aulas, llevando a la UCLA de John Wooden al título estudiantil en sus tres temporadas de militancia: 1966/67, 1967/68 y 1968/69, siendo elegido de la misma forma como mejor jugador de dichos campeonatos.

Con Alcindor, John Wooden pudo desarrollar su gran aportación técnica al mundo del baloncesto: el llamado “Corte UCLA”. Una jugada de contraataque que aprovecha las cualidades de un pivot alto y habilidoso para recuperar un balón y enviarlo rápidamente a los aleros o bases que culminan la jugada en canasta relámpago. Sin ir más lejos, el ex-seleccionador español Antonio Díaz Miguel fue un acérrimo creyente del Corte UCLA. Ya por entonces era común ver a Alcindor ejercitar su propia suerte suprema: el gancho. Muchas veces infalible, el “Skyhook” fue un recurso muy utilizado por el pivot ante la oposición su par rival. No fue su única herencia universitaria. Una lesión ocular durante un partido provocó que tiempo después necesitara usar gafas para jugar. Otro de sus “gadgets” característicos.

La Graduación de Lew Alcindor (1969)
Sus estadísticas universitarias eran demoledoras. Y lo son aún, pues mantiene desde su época estudiantil varios records de anotación. Entre ellos, sus 61 puntos en un partido ante la Universidad de Washington State.

Rebelde con causa

1968. Era su segundo año con UCLA y todos le señalaban como el líder del equipo olímpico que los Estados Unidos presentarían a los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México. Pero para pasmo de muchos Alcindor declinó participar. La lucha por los derechos civiles de la población negra se hallaba en su punto álgido. El Dr. Martin Luther King acababa de ser asesinado y Alcindor, desde siempre muy preocupado por la causa de sus “hermanos”, alegó que no quería representar a un país de racistas que segrega a los negros y les niega sus derechos y su condición de ciudadanos. A otro nivel, la negativa de Alcindor a participar en los JJOO suponía la segunda “sacudida” en poco tiempo de la conciencia patriótica norteamericana tras la negativa de Muhammad Ali de alistarse para el frente de Vietnam. Con su actitud, Alcindor aseguraba no buscar la polémica, sino llamar la atención de la sociedad estadounidense sobre el “problema negro”.

No fue la del futuro Kareem la única baja voluntaria del equipo olímpico norteamericano. La estrella de la Universidad de Houston Elvin Hayes se negó también a disputar los Juegos. Aunque en este caso por motivos más prosaicos: la federación olímpica de baloncesto no cubría eventuales lesiones graves con la debida póliza. Hay quien apunta que en realidad Alcindor se negó a participar por este motivo. También se especula acerca de que el joven Lew pudo secundar un boicot de las universidades californianas, que desde hacía varias ediciones no se sentían suficientemente representadas en la preselección olímpica y que por ello mantenían un pulso con la federación. La posibilidad de que Alcindor ocultara su interés económico bajo la bandera del orgullo de raza le hizo ganarse algunos detractores. No sería la última vez que se le acusara de “pesetero”.

Sea como fuere, el que iba a ser uno de los mejores equipos olímpicos estadounidenses de la historia (Alcindor, Hayes, Haywood, JoJo White...) quedó mermado, si bien el conjunto dirigido por Hank Iba consiguió reeditar la medalla de oro, adaptando a Spencer Haywood a la posición de pivot inicialmente pensada para Lew Alcindor.


Tres iconos del "sport black power" de la época: Chamberlain, Ali y Kareem



La tentación de la ABA

La A.B.A. (American Basketball Association) se creó al mismo tiempo del ingreso de Alcindor en UCLA, y representaba el intento de ruptura del monopolio de la NBA. Esta liga baloncestística alternativa tenía varios rasgos distintivos. El principal de ellos era la opción del triple: se podía anotar tres puntos por canasta a partir de cierta distancia de tiro. La ABA libró una batalla desigual con la NBA para captar a sus jugadores llegando a contactar con ellos durante el curso universitario, algo vetado para la NBA. Alcindor fue, evidentemente, el objeto de deseo principal de los jerifaltes de la ABA y antes de que Lew empezara sus exámenes finales éstos trataron de convencerle repetidamente de que se enrolara en alguno de sus equipos. Pero Alcindor se negó. Otros como Spencer Haywood, Artis Gilmore o más adelante Julius Erving aceptaron la oferta de la ABA, pero el lastre de los ingresos económicos por retransmisión de partidos terminó por liquidar el quimérico sueño de la ABA años después.

Alcindor dejaba la Universidad pero no dejaba a Wooden o a UCLA en el desamparo. Entrenador y club quedaron investidos de leyenda, y gracias a lo logrado en esos finales de los sesenta hubo avalanchas de petición de ingreso en la universidad californiana durante años y años. El “Brujo” John Wooden siguió haciendo magia con el Corte UCLA y ganando títulos con otros pivots. Primero con Sidney Weeks y más adelante con Bill Walton, ambos futuras estrellas profesionales.

Gran sociedad: Kareem-Robertson
Al final de su periplo universitario Alcindor fue, evidentemente, el número uno de la promoción en esa suerte de sorteo de quintos que es el “Draft”. Y naturalmente, por ese afán compensatorio del Draft de enviar a los mejores universitarios del año a los peores equipos de la NBA a Alcindor le tocó en suerte como nº1 del Draft el peor equipo posible de la época: Milwaukee.

Milwaukee

Los Milwaukee Bucks eran una franquicia novel que afrontaba su segundo año de competición. Pese a hallarse en la región de los Grandes Lagos, el equipo de Wisconsin fue derivado a la Conferencia Oeste y obligado por ello a disputar muchos partidos a dos husos horarios de distancia. Por mor de ello, Alcindor visitaría con cierta frecuencia su universitaria California con los Bucks. Considerado como gran figura antes de su primer partido profesional, Lew Alcindor convenció en su año neoprofesional: segundo máximo anotador y tercer mejor reboteador lideró a los Milwaukee Bucks y disputó su primer “playoff”, siendo elegido “Rookie del Año”.

Oscar Robertson era para muchos el mejor base de la época. Y junto con el mítico bostoniano Bob Cousy, se le tenía como el mejor “1” de la historia. Paradigma de base con visión de juego y capacidad organizativa, campeón olímpico en Roma 1960 e integrante titular del mejor equipo amateur nunca reunido militó durante años en los Cincinnati Royals y tras la disolución de la franquicia de Ohio viajó a Milwaukee, una de las más cercanas posibilidades de seguir su carrera. Fue un acierto total.

El entendimiento entre el veterano Robertson y el joven Alcindor convirtió a los Bucks en un equipo ganador. La temporada 1970/71 fue triunfal. Consiguieron en temporada regular la sensacional cifra de 66 victorias (20 consecutivas), y tras superar a San Francisco y a Los Ángeles Lakers se enfrentó en la serie final a los Baltimore Bullets. Los capitalinos fueron barridos por 4-0 por los Bucks, que se alzaron con su primer campeonato NBA. Alcindor fue elegido mejor jugador del campeonato y de las finales (sería la primera vez de muchas) Ante el asombro de todos Milwaukee pasó de la penuria a la gloria en sólo dos años.

Futuro y presente: Kareem vs Chamberlain
Durante esa temporada triunfal ocurrió un hecho intrascendente que el tiempo convertiría en histórico. A la salida de un Detroit Pistons – Milwaukee Bucks Lew Alcindor firmó autógrafos a un grupo de muchachos entre los que se encontraba un chico de once años llamado Earvin (Apunten este nombre para más adelante)

Nace Kareem

Por aquel entonces, y siguiendo una vez más los pasos del más influyente deportista del momento, Lew Alcindor emuló a Muhammad Ali e influido por la figura de Malcolm X abrazó la fe musulmana adoptando el nombre de Kareem Abdul Jabbar (“El generoso y poderoso servidor de Alá”) Ahora como Kareem, siguió durante las siguientes temporadas siendo el jugador referencia de los Bucks de Milwaukee, y por ende de la nueva ola de la NBA. Milwaukee optó de nuevo al título de la NBA en 1974 pero los Boston Celtics de Havlicek, Cowens, Silas, Jojo White y demás les ganaron por 4-3. Robertson anunció su retirada y Kareem vio en ese momento finalizada su etapa en Milwaukee.

Las negociaciones para su marcha fueron duras y polémicas. Los Bucks no querían desprenderse de su jugador franquicia. Kareem justificó su deseo de abandonar la franquicia en que en Wisconsin apenas había musulmanes. Pidió ser traspasado a lugares ya conocidos y socialmente más cosmopolitas: su Nueva York natal (Knicks) o su Los Ángeles de su época universitaria (Lakers). Finalmente Kareem protagonizó el más sonado traspaso del año 1975 con su marcha de los Bucks a los Lakers.

Regreso a Los Ángeles

Los Lakers estaban acusando la baja por la retirada de Wilt Chamberlain y necesitaban como el respirar un pivot de garantías. La aportación de Kareem a la franquicia angelina fue inmediata. Pese a que no dio tiempo a clasificar a los Lakers para el “playoff”, los resultados mejoraron sensiblemente. En la temporada de su regreso a Los Ángeles Kareem obtuvo su cuarto título de mejor jugador de la NBA.

En 1977 los Lakers volvieron a tener opción de título al participar de nuevo en los “playoffs”. Tras superar a Golden State Warriors, los Lakers se enfrentaron a Portland, en un duelo entre los dos míticos pivots de UCLA: Kareem Abdul Jabbar frente a su “sucesor” Bill Walton. Esta vez, Walton ganó la partida y los Blazers se clasificaron para la final endosando un 4-0 a los Lakers. Portland ganó su primer título y parecía claro que a aquellos Lakers de Kareem dirigidos por Jerry West carecían de una pieza esencial: un buen director de juego y una conexión base-pivot como la que el propio Kareem vivió en sus años dorados de Milwaukee con Oscar Robertson. Y ese base soñado llegó vía draft en 1979.

Otra gran sociedad: "Magic" Johson y Kareem
Kareem se topó con una agradable sorpresa. Aquel muchacho llamado Earvin al que tiempo atrás había firmado un simple autógrafo en Detroit ingresaba en los Lakers como nuevo base del equipo. Era “Magic” Johnson. Éste cumplió el sueño de jugar junto a su ídolo. Acostumbrado a jugar con el dorsal de Kareem (el nº33) “Magic” tomó el 32. Juntos reeditarían e incluso aumentarían la exitosa cosecha recogida junto a Oscar Robertson en Milwaukee años atrás. Para empezar, el título de la NBA de 1980 obtenido en la final ante la Philadelphia de Julius Erving.

Madurez dorada

Pat Riley tomó las riendas del cuadro técnico y a los ya sabidos Kareem, “Magic” Johnson y Cooper se unirían más jugadores sensacionales: James Worthy, Byron Scott... con todos ellos, llegó la época gloriosa de Los Ángeles Lakers, el “Showtime”. Cada partido en el Forum de Inglewood era una garantía de espectáculo y de victoria casi segura de los angelinos. Kareem, ya en su madurez, disfrutó de su época de máximo esplendor competitivo. Llegarían los inolvidables duelos con los Celtics de Bird, McHale, Parish... La aparición de una nueva estrella llamada Michael Jordan culminó la Edad de Oro de la NBA, en la que los Lakers y Kareem a título personal tenían una parte destacada. Algunos de sus partidos en esta época fueron memorables. Sus duelos con Parish, Ewing, Olajuwon y otros pivots eran apasionantes lecciones de baloncesto.

Kareem Abdul Jabbar sorteó año tras año al fantasma de la retirada. Su autodisciplina (meditación y yoga de por medio) y su profesionalidad le mantuvieron en la élite cuando la mayoría de jugadores colgaba las botas. Llegó la alopecia, llegaron los kilos de más y se perdió la agilidad y habilidad de antaño, pero se siguió viendo su “skyhook” y continuaron llegando títulos (1982, 1985, 1987, 1988) y, al fin, obtuvo el reconocimiento general de los aficionados que pasaron de verle como un “estirado” a venerarle como una leyenda viva del baloncesto.
 
Su "skyhook" ante "El Jefe" Robert Parish
Sólo en su última temporada en competición (1988/89) se le llegó a ver más en el banquillo que en la cancha. A sus 42 años ya cumplidos, el 13 de junio de 1989 anotó siete puntos, capturó dos rebotes y puso dos tapones en su último encuentro profesional. Mientras los Detroit Pistons de Isiah Thomas dirigidos por Chuck Daly festejaban su primer título, Kareem decía adiós a la NBA como máximo anotador, (38.387 puntos), máximo reboteador (17.440), máximo taponador (3.189), acumulando distinciones personales (6 veces mejor jugador de la NBA) y records inalcanzables (19 partidos “All-Star”) Seis años después de retirarse ingresó en el Salón de la Fama.

El otro lado de Kareem

Referencia mundial para aficionados y profesionales, Kareem Abdul Jabbar representa el icono del pivot anotador y dominador bajo el aro. Por ejemplo: durante la disputa en el Forum de la competición de baloncesto en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 su sitio en el vestuario fue el más codiciado por los participantes. Los subcampeones olímpicos con España Fernando Romay y Andrés Jiménez manifestaron su ilusión por sentarse ante la taquilla de Kareem.

Su fama le abrió otras puertas ajenas al deporte. Alumno de artes marciales del mismísimo Bruce Lee, participó en “Juego Mortal”, y más adelante interpretó un breve papel como piloto de avión en “Aterriza como puedas”, película que marcó un hito en la comedia. También hizo “cameos” en varias series de TV, o fue citado en ellas como en la recordada “Juzgado de Guardia”. Contestó a quienes le criticaban por su excesivo interés por el dinero aportando dólares, tiempo e imagen para multitud de causas sociales, muchas de ellas dirigidas a la infancia y a colectivos desfavorecidos. Es autor de varios libros, entre ellos una autobiografía. Hace unos años ganó el partido de su vida al superar una leucemia.

Tras su retirada alternó trabajos de entrenador de desarrollo y/o ojeador con intervenciones como comentarista (paradójico, pues siempre mantuvo distancia con la prensa) Su prestigio por su experiencia de dos décadas en la élite de la NBA avalan el respeto con el que son recibidas sus opiniones. Valga ésta última anécdota como ejemplo:

Cuando Pau Gasol llegó a Los Ángeles fue duramente criticado. Los aficionados de los Lakers, amantes como cualquier otro fan del baloncesto NBA de la defensa dura, tildaron al pívot español de “blando” y poco contundente en labores defensivas. Le apodaban “Gasoft” (de “soft”, suave) y le achacaban falta de personalidad. Kareem, reconocido entusiasta de las habilidades del de Sant Boi, intervino para defender a su sucesor como “5” de los Lakers y acalló a los críticos durante meses con una sentencia lapidaria: “Fíjense si le sobra personalidad que no necesita tatuarse nada para reforzarla”. Palabra de Kareem.


Aquí los datos esenciales de su carrera:

Universidad:
UCLA (1966-1969)

Tres títulos NCAA (1967, 1968, 1969)
Tres veces MVP (1967, 1968, 1969)
Tres veces máximo anotador NCAA (1967, 1968, 1969)

NBA:
Milwaukee Bucks (1969-1975)
Los Ángeles Lakers (1975-1989)

6 campeonatos NBA: 1971, 1980, 1982, 1985, 1987, 1988
6 veces MVP NBA: 1971, 1972, 1974, 1976, 1977, 1980
2 veces MVP de la serie final: 1971, 1985
“Rookie” del año 1970
3 veces máximo anotador NBA (1970, 1971, 1972)
2 veces máximo reboteador NBA (1976, 1977)
4 veces máximo taponador NBA (1976, 1977, 1979, 1980)
Máximo anotador histórico NBA (38.387 puntos)
19 veces elegido partido All-Star
10 veces elegido en el quinteto ideal NBA (+5 en 2º quinteto)
5 veces elegido en el quinteto defensivo NBA (+6 en 2º quinteto)

Miembro del Salón de la Fama desde 1995.


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